Crisis: ¿Amenaza u oportunidad?

In Crisis, Temas de interés by Marta Cuevas3 Comentarios

Crisis. Una palabra que todos intentamos evitar y que parece que nos persigue. Crisis económica en primer lugar. Crisis de adolescencia, crisis de los cuarenta, crisis existencial, crisis de pareja, crisis matrimoniales…. Es un término ineludible en la vida y temido por el significado negativo que le damos. Sin embargo, una crisis no implica algo malo por definición. En todas sus acepciones, la palabra crisis se refiere a cambio, a proceso. Pero no a un cambio necesariamente negativo. Es un momento de inflexión, de incertidumbre, cuyo final está por determinar.

La crisis económica en la que estamos imbuídos no es deseable. Sin embargo, forma parte del ciclo económics, al igual que las fases de expansión económica. A esta crisis le seguirá, aunque no sepamos cuando, una etapa alcista. Algo parecido pasa en nuestra vida: a los momentos de crisis les siguen momentos de crecimiento.

Me atrevería a decir que,en el plano de lo personal, las crisis no sólo no son malas si no que son incluso buenas porque nos ayudan a crecer y, si sabemos dirigirlas convenientemente, salimos fortalecidos de ellas, nos refuerzan.

La crisis de la adolescencia es un momento necesario, de búsqueda de la propia identidad, de encontrar el propio yo. De esta etapa, bien llevada y con ayuda, resultan personas maduras, adultas, seguras de sí mismas, que saben cual es su papel en la sociedad.

Podemos pasar por otro tipo de crisis a lo largo de nuestra vida: a la hora de elegir estudios, en nuestra trayectoria profesional, en nuestras relaciones personales… Son momentos cruciales, encrucijadas de nuestra vida que no significan en sí mismas derrotas. Una crisis no es una derrota. Estar en crisis no es estar vencido. Es pasar por una situación delicada, cuyo final será bueno si sabemos sacar enseñanzas y salir con impulso de ella.

 En el plano de las relaciones humanas, una crisis de pareja puede reforzar la relación, si queremos. Para ello, es importante contar con el otro, comunicarse, querer entendernos y no remar cada uno para su lado. Una crisis bien resuelta hace más fuerte y resistente el amor, porque nos hace comprometernos más.

Liberemos por tanto a esta palabra de su significadoen ocasiones mal entendido. Aprendamos a ver las crisis como oportunidades, como retos, y no como amenazas. Son momentos difíciles, nadie ha dicho que fueran fáciles. Pero si los llevamos con optimismo, con ganas de vencer y de crecer, cobran una dimensión muy positiva.

 “Si tengo la corriente en contra me entran más ganas de remar”. Y saldremos de esos ríos revueltos con más fuerza, a un mar tranquilo y sereno.

Comentarios

    1. Author
      mcuevix

      ¡Muchas gracias!Me alegro de que te guste.Además de escribir porque me gusta,mi intención es que mi blog sirva.Siempre se agradece tener un feedback,anima mucho;)

  1. coachingprotagonistas

    «Una crisis bien resuelta hace más fuerte y resistente el amor, porque nos hace comprometernos más.»

    Comparto plenamente tu reflexión sobre las crisis de pareja.
    La palabra Crisis no tiene porqué tener un significado negativo si la aprovechamos! Completamente de acuerdo contigo Marta.

    Viki Morandeira
    http://www.crisisdelos40.tk

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