Estoy esperando el ascensor. Llega un vecino. Un saludo mascullado y una espera que resulta casi incómoda en el que cada uno mira para un lado,consulta su iphone para ver que pasa en la red, o mira en qué piso está el ascensor. Llega el ascensor: – «Pase,pase.» Y una respuesta que me deja totalmente desconcertada: – «No,gracias, espero al otro ascensor.» No sé si mi cara refleja mis pensamientos, pero en mi cabeza me pregunto si tengo pinta de tener alguna enfermedad contagiosa.¿ A qué viene esperar sólo para no ir con un vecino en el mismo ascensor?
Otro caso típico es el del vecino que, tras la misma espera, considera que no tienes ninguna enfermedad contagiosa y acepta subir en el mismo ascensor. Grata sorpresa. Sin embargo, de nuevo desconcierto cuando pulsa el botón del piso al que va sin molestarse en preguntar «¿a qué piso va?». ¡Si me descuido me paso mi piso y me bajo en el suyo!. Paradojas de la vida: presumimos mucho de la sociabilidad reinante, de las redes sociales… y luego resulta que en el trato personal nuestra sociabilidad es muchas veces nula.
En una sociedad en la que las redes sociales nos tienen a todos «atrapados», en la que somos virtualmente muy sociables, se puede acabar perdiendo la verdadera sociabilidad. Tenemos cientos de «amigos» en facebook. Muchos de ellos son gente con la que no hablamos desde hace tres años o que hemos visto una vez en nuestra vida.Otros son conocidos, y sólo una pequeñísima parte son realmente amigos. Seguro que si nos encontrásemos por la calle con muchos de nuestros contactos en las redes sociales no tendríamos tema de conversación ni para dos minutos. A lo mejor ni siquiera nos saludábamos. Y sin embargo, sabemos perfectamente lo que ha hecho el sábado por la noche o con quien se relaciona.
Volviendo a la historia del ascensor, hay personas que parece que tiene fobia a la gente, al trato personal, e incluso a la educación. ¿Cuánta gente entra en un autobús y pasa delante del conductor como si de un poste se tratara?. Según me cuentan mis abuelos, antes la gente se saludaba por la calle. Los tiempos han cambiado,es cierto, pero la esencia humana no. Y el hombre es sociable por naturaleza (que no es lo mismo que «virtualmente sociable»). Aunque ahora no vayamos saludando por la calle a todo el mundo, ¿qué menos que saludar al conductor del autobús o al vecino que espera el ascensor?
Las redes sociales bien empleadas son un gran instrumento, no lo niego. Por tanto, sociabilidad en la red sí. Pero antes, y más importante, sociabilidad, cuidado, educación,delicadeza y buen gusto en las relaciones personales.
Comentarios
Que razón tienes!!!
Se refleja bien en este video, a ver si logramos sacar unas sonrisas a este precioso lunes:
http://youtu.be/0pR5L4OicYg