¿Por qué llevamos… 500 días juntos?

In Ideas, Noviazgo by Marta Cuevas4 Comentarios

«500 días juntos». Así se llama la película que tuve la oportunidad de ver acompañada de una rica cena y unas cervezas con  buenos amigos. 500 día de amor, desamor, ilusiones, frustraciones, indecisiones…500 días que dan para mucho, mucho debate. La película tiene como hilo conductor la relación de una pareja. A lo largo de film se ve cómo va evolucionando él, cómo va evolucionando ella y cómo evoluciona su relación. Esta entrada no pretende ser un resumen de la película ni «contar quien es el asesino y quien se muere al final», si no trazar unas líneas de reflexión en torno a ella.

La primera reflexión que se me viene a la cabeza tiene que ver con la coherencia entre los actos y las palabras. Los seres humano necesitamos dar coherencia a nuestra vida, que nuestras palabras, pensamientos y obras vayan en la misma dirección. No sólo necesitamos esa coherencia para nosotros mismos si no que los demás también necesitan de nuestra coherencia para saber a qué atenerse.

Es recurrente en la película la disonancia entre los actos y las palabras de uno de los protagonistas en lo que a su relación con el otro respecta. Quizá el origen de ese desacuerdo entre obras y palabras sea la inmadurez ,el egoísmo o el miedo al compromiso, pero el hecho es que provoca inseguridad y «no saber a qué atenerse» en la otra persona. El decir con palabras que «sólo somos amigos», «hay que ir despacio», «ya se verá», «sin presiones», no puede ir acompañado, o no debería, de actos que son propios de una pareja que son bastante más que amigos.

Al fin y al cabo, esta situación supone jugar con los sentimientos del otro, que no sabe a qué atenerse, qué creerse, en que sustentarse. Lo normal sería que las palabras guiaran, sin embargo ya sabemos que «una imagen vale más que mil palabras», y un acto tiene también mucho más poder que simples vocablos. En la película llega el momento de la pregunta «¿Qué somos?«, provocada por esta situación. La respuesta a esta pregunta por parte de los dos es completamente opuesta, cuando la relación es la misma.

La conclusión es clara: si lo que quieres es ser sólo amigos, compórtate como tal. Lo contrario es provocar confusión.

Por lo tanto, creo que la coherencia es un rasgo fundamental en cualquier aspecto de la vida, también cuando se trata de relaciones con los demás y de sentimientos. Por tanto, que el sí sea sí y el no sea no, aunque esto suponga arriesgarse.

Una pregunta que me surgió en un momento de la película y que continuó en mi mente hasta el final  es «¿Hasta dónde se puede llegar a sufrir?».O mejor dicho: «¿ Hasta dónde se debe llegar a sufrir?». Una relación basada en la incertidumbre, en no saber a qué está jugando el otro, que lleva al sufrimiento, no es sostenible en el tiempo. Es cierto que una persona enamorada puede aguantar hasta límites insospechados, sin embargo hay que aprender a «quererse un poco a sí mismo».

No hay nada peor que la incertidumbre. No saber cuál es la intención de la otra persona, sufrir falsas ilusiones o incoherencias del otro, hace que no se sepa «hasta donde llegar, cuánto esperar». A lo mejor ha llegado el momento, doloroso sin duda, de decidir acabar con esa situación y «olvidar» a esa persona, pasar página. Es una decisión difícil pero llegado un punto acertada, porque también hay que saber «velar» por uno mismo y por los propios sentimientos. Puede que alargar la situación no vaya a provocar sino más dolor futuro.

Quizá debería aclarar que me estoy refiriendo a relaciones de noviazgo y no a matrimonios donde ya hay un compromiso claro. Este último caso daría lugar a otra entrada, ya que se debe tratar desde otro ángulo. Las relaciones de compromiso ya adquirido deben lucharse de otra forma, y teniendo claro el compromiso que tenemos con la otra persona.

Cuando se está en una situación como la de la película, la persona que sufre la incoherencia está cegada, y no ve lo que tiene alrededor. En un punto de la película se ve cómo esta ceguera  hace que la persona pase al lado de muchas cosas buenas sin darse cuenta, perdiéndose muchas oportunidades y cosas maravillosas.  Sólo hay que ampliar las miras.

Estas son algunas pinceladas de las reflexiones que se despiertan con esta película. Hay otras muchas, así como distintas formas de enfocarla. Os animo a todos a verla, y si es con amigos mejor. El debate está asegurado, y en mi caso fue muy enriquecedor. Desde luego, os sentiréis identificados en algún momento de la película casi con seguridad.

¡Gracias, Alvaro, por la idea!;)

Comentarios

  1. Oseas

    Una cosa q no has comentado y que a mi me llamó mucho la atención y de hecho fue algo que comentamos todos es el papel de la hermana de él… Qué importante es tener buenos amigos qué sepan aconsejarte con la verdad y no con Lo qué quieres oír. Porque todos podemos cegarnos pero qué suerte quién tenga a Su lado gente qué le abra los ojos…

    1. Author
      mcuevix

      Muy buena aportación Oseas!!qué importantes son los amigos de verdad!creo que esta película dá para unas cuantas entradas;)!

  2. María Castrillo Espino

    ‘Efecto 500 días juntos’!!;) Marta me ha encantado tu entrada!!
    Una de mis preguntas también fue ‘hasta qué punto hay que aguantar’, cosa que me hizo gracia cuando te leí! 😉
    Me gustaría aportar que es muy improtante también la coherencia con uno mismo, además que con los demás.
    Gracias por el buen rato!

    1. Author
      mcuevix

      Gracias María!!importantísimo la coherencia con uno mismo,claro! Primero para no volverse loco y ser feliz con lo que somos y hacemos y segundo para poder trasmitir coherencia;)

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