¡Coge las riendas y galopa!

In Ideas by Marta CuevasDejar un comentario

Para los amantes de los caballos, esta frase es una invitación a la aventura y a disfrutar de la vida. Los jinetes disfrutan a lomos de sus caballos, dirigiéndolos hacia lugares bonitos. A ningún jinete se le ocurre dejar que el caballo decida el camino o el destino de su viaje. No hay nada peor que un caballo desbocado. Antes de emprender el camino, el jinete prepara la ruta, marca unas guías para su viaje. Y el resultado de ello es un camino delicioso y una meta preciosa. Esta preparación lleva tiempo pero merece la pena.

En la vida llega un momento, antes o después, en el que hay que elegir entre coger las riendas de la propia vida o dejar que el caballo corra a su aire sin contar con el jinete. Es el momento de decidir cómo quiero vivir, qué quiero hacer con mi vida, a dónde quiero llegar. Es el momento de pensar qué va a moverme, cuales son mis directrices. Si no decidimos coger las riendas, el caballo tomará el control y nos llevará por donde le plazca: a veces serán sendas buenas pero otras muchas no será este el caso.

Ya sea conscientemente o de forma inconsciente nos movemos por ideas y formas de vida. La cultura de la”espontaneidad” mal entendida, del capricho, de lo que salga, de lo que surja en cada momento, lleva a una vida desordenada y muchas veces sin sentido. Es una “vida veleta” basada en hacer lo que me apetezca en cada momento, sin tener ninguna meta en concreto más que el sentirme bien conmigo mismo. El camino que viene, el espontáneo, es el más fácil de recorrer: actuar según van ocurriendo los acontecimientos. Ser reactivo a lo que va pasando en la vida. Esta forma de vida es un poco un vivir sin pensar, lo que se acaba traduciendo en pensar como se vive.

Contrariamente a esto, está la actitud activa frente a la vida, que consiste en vivir como se piensa, de acuerdo a unas ideas y no dejarse zarandear por lo instantáneo. Este camino es más difícil pero más seguro, y lleva a una vida bien fundamentada y feliz si nos guiamos por las ideas correctas. Creo que lo que hace una vida feliz, lograda, completa, llena, es tener claro cómo se quiere vivir y tener unas ideas madres en la vida que nos ayuden a llegar a lo que queremos. Estas ideas madre las tiene que establecer cada uno, a partir de lo que ha recibido y sigue recibiendo a lo largo de su vida. Deben ser ideas maduradas, ideales fundados, razones que de verdad nos convenzan y sean capaces de dar coherencia y solidez a nuestra vida, para hacernos felices. Ideas que den coherencia y felicidad de verdad, no postizos que pretenden aparentar lo que sólo uno sabe que no es real. Por eso, porque necesitamos ideas sólidas, muchas veces tendremos que pararnos a pensar o buscar con más ahínco respuestas que no encontramos.

A veces se hará difícil mantenerse fiel a nuestras ideas,el camino será abrupto y dificil; pero pasado un tiempo, nos daremos cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena y de que haberse parado a preparar la ruta, como hacen los jinetes,ha sido un trabajo fructífero.

Preparar la ruta es preparar una aventura apasionante. Después de esto, sólo queda coger las riendas y galopar. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para coger las riendas, o para volver a asirlas si las hemos soltado por el camino.

Es momento de coger las riendas y galopar, viviendo una vida que podamos decir que merece la pena ser vivida.

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