Las 5 causas de la crisis. La crisis llama a la crisis

In Crisis, Temas de interés by Marta Cuevas1 Comentario

Empezamos un año dificil en el terreno de lo económico. Estoy convencida de que la crisis económica actual es fruto de una crisis de valores previa y aún más grave. Por eso, además de tomar medidad económicas, creo que restaurar los valores es de vital importancia.Y es de vital importancia no sólo para mejorar las cosas si no sobre todo para evitar una nueva crisis. Baso mi entrada en este artículo que os recomiendo leer y que resume en cinco puntos los «no valores» que en gran parte han provocado la crisis.

1. Individualismo. Esto se traduce en pensar sólo en uno mismo y en falta de solidaridad. El hombre es sociable por naturaleza, y vive en sociedad. El resultado de que cada uno se repliegue sobre sí mismo y busque sólo su interés tiene como resultado una sociedad que no progresa. Una sociedad que retrocede en lugar de avanzar. Coloquialmente hablando podriamos decir que es necesario mirarse menos el ombligo y  pensar más en los demás.

2. El materialismo, que lleva a querer «tener»,olvidando la importancia de «ser». Estamos en una sociedad de consumo, llevada por la vorágine del consumismo y del poder. Esto conduce fácilmente a comportamientos ambiciosos (en el mal sentido de la palabra) que no tienen en cuenta la moralidad de los actos si no únicamente su resultado. «Cuanto más se tiene, más importante se es, independientemente de la legitimidad de la obtención de dicho patrimonio.» Además el materialismo extremo impide ver el lado humano de las cosas y pasa por encima de las personas, porque sólo le interesan las cosas.

3. El relativismo, que tiene muchas y muy graves implicaciones con las que se podría llenar un libro. Me voy a limitar a comentar la idea de que hoy en día parece que cada uno tiene su verdad. Justificamos y clasificamos nuestros actos en función de nuestros sentimientos, de «lo que a mi me parece» o de «como lo siento». Sin embargo los sentimientos son cambiantes y caprichosos. Si nuestra conciencia «decide» lo que está bien o mal en función de los sentimientos, nuestros criterios morales cambiarán con mucha frecuencia. Contrariamente a esto, es necesario recordar que existen verdades absolutas, comportamientos absoluta y objetivamente buenos y otros absoluta y objetivamente malos. Hay que recordar que existe una ley natural, inherente al hombre y que las conciencias deben formarse a la luz de esa ley natural.

4. La prevalencia del corto plazo, sobre el largo plazo. La nuestra es también una sociedad de lo inmediato, del «aquí y ahora». La impaciencia y el afán de tener más de forma casi instantánea, puede llevar a conductas poco prudentes o incluso ilegítimas.

5. La impunidad de conductas destructivas para el bien común. En este aspecto, los hombres nos regimos muchas veces, desgraciadamente, por el castigo legal efectivo más que por la moralidad de las acciones. En una sociedad en la que las conductas nocivas no se castigan como se debiera hacer, es más dificil evitar este tipo de comportamientos.

Estos cinco «no valores» tienen un «valor» que los contrarresta.  Es necesario volver a ellos y cambiar individualismo por solidaridad, materialismo por austeridad, relativismo por verdades objetivas , prevalencia del corto plazo por paciencia e impunidad por justicia. Detrás de todos estos valores está la moralidad de los actos y el pensar en los demás a la hora de actuar. Luchemos por volver a estos valores empezando por nuestra propia vida. Sin una vuelta a los valores sobre los que se ha edificado europa, que son valores cristianos como los recién citados, una próxima crisis será inevitable.

Comentarios

  1. marielgblanes

    Como siempre has dado en el clavo. Estoy totalmente de acuerdo con este post.

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